Hace ya un año decidí comprar las tronas de los peques, como mi piso es de 70 metros cuadrados opté por no añadir más trastos a casa y poner de esas que se acoplan a las sillas. La decepción llegó pronto, no las querían ni en pintura, nuestra vida es tan anárquica que durante este tiempo han comido en el sofá encima mía… Pero hace poco las saqué de nuevo y están siendo un éxito!!! Comemos, pintamos y tomamos el té en ellas.
Conclusión: Todo llega en su justo momento, no hay que forzar a los pekes. Quizás algún día empiecen a usar las cunas ¿?
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